Aprendizaje en la modernidad líquida
En la modernidad líquida donde
todo fluye y cambia a gran velocidad por su naturaleza efímera, aparentemente
las diferencias individuales unen dentro de lo grupal, pero lo imposibilita las
ropas de carnaval que solo visten para una ocasión, y que más que para asistir
siempre a una representación en búsqueda de espectadores que aplaudan entre
tanto tarde la función, para luego tornar a la normalidad y retomar la
cotidianidad, pensando y plañendo la próxima actuación como el asunto de
carnaval, dentro del “código de sastrería” (P. 211). Se ha perdido la
responsabilidad por proporcionar el bienestar general, se esta presente en le
territorio que se pertenece, pero provocando y enfrentado confrontaciones,
presiones y agresividades permanentes, aun estando en el nivel Panóptico, pero
despreocupados del bienestar general. En esa modernidad gaseosa maleable se
tornan los individuos inaccesibles asumiendo el nivel pospanóptico (p. 16). Es
una realidad de la modernidad liquida en la cual el compromiso es consigo mismo
y no mutuo, emerge más bien la guerra motivada por el poder, el saber eludir,
la búsqueda de la ilusión y posibilidad de evitar, la practica del rechazo, la
inclinación al engaño, son
disposiciones, actitudes y acciones que facilitan el emerger de nuevos parámetros
o pautas y dan base para nuevos estilos de vida y de lo que se cree es ”
esclarecer” y modificar las costumbres, y
de ser frágiles como comunidad para la imposición de una moral
“civilizar” (p. 19), gracias a lo carente solides de los tradicionales
principios y valores de la época premoderna.
El enemigo a terminado por
establecer sus reglas particulares a él, por la facilidad con la cual se puede
abrir espacio para entronarse en medio de una comunidad frágil y temeroso de
proceder a su favor. Pulula el llamado libre comercio mundial (tratado tal
entre los Estados Unidos y México, como también con Colombia), lo que
posibilita una libre competencia desleal y desequilibrada entre estados de
poder y estados sometidos a sus reglas. Ataque significativo, solido y muy
sistemático de “establecidos”. (p. 18). También aporta a favor la relatividad y
ambigüedad de los conceptos de medios y fines, que suprimen la verdadera
racionalidad en la posmodernidad (personal), y sus aportaciones para una visión
de futuro, aunque se cree que se ha ajustado y perfeccionado (p. 65), de ahí
que es muy significativo que los valores continúen ocupando un debido lugar
histórico, aunque según algunos produzcan angustia e incertidumbre, y no los
serán si las preocupaciones saben usarse a la luz del Supremo (suprimido en la
modernidad), y las homilías, orientaciones y enseñanzas de los predicadores.
Siempre se orientan las oportunidades, las posibilidades de hacer lo que hay
que hacer libremente en bien de su propia vida en los medios posibles (p. 79).
El énfasis es alejarse de los objetivos seductores de la maratónica del
consumo. De los medios disponibles desorientadores para que viva en confianza.
(p. 79). No se puede vivir en el rol de los consumidores, que implica desorden,
sino en el nivel de productores en los que impera el orden, regulados
normativamente, sin temores y en conformidad (p. 82).
Bendición
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